La Agencia Espacial Europea (ESA) investiga desde las islas Canarias un nuevo sistema para vaciar de chatarra la órbita terrestre.
Cada año se gastan 14 millones de euros en desviar satélites para evitar choques con basura espacial. El 99% de los avisos resultan ser falsas alarmas, según la ESA. Esto se debe a que los modelos actuales que se encargan de predecir el comportamiento de la basura espacial en base a los objetos que ya se han detectado y catalogado —unos 22.000— no son perfectos.
Parte de la solución de la chatarra espacial empieza en un remoto edificio circular situado a 2.400 metros de altura en la isla de Tenerife, cerca de la cima del Teide. La Estación Óptica Terrestre, inaugurada en 1995, es una instalación experimental de la ESA para estudiar la comunicación espacial usando luz láser.
Casi un millón de objetos de más de un centímetro que viajan por el espacio siete veces más rápido que una bala
La ESA planea instalar aquí un nuevo telescopio láser cuyo objetivo será el seguimiento de fragmentos de basura espacial. En el futuro podría funcionar como un cañón para eliminar los pedazos de basura espacial más amenazadores.
El Gobierno de Australia, un país pionero en esta técnica, financió en 2014 un proyecto público-privado para desarrollar estos cañones láser limpiadores de basura. Otros países, incluidos EE UU y China, han explorado la posibilidad de montar los láseres en satélites y que estos se encarguen de ir empujando la basura a su destrucción por fricción contra la atmósfera. Un estudio publicado en 2011 por investigadores del centro de Investigación Langley de la NASA aseguraba que es posible desarrollar este tipo de sistemas aumentando el tamaño de los paneles solares para generar luz láser de alta potencia.
Hay unos 1.000 satélites abandonados y algunos podrían explotar
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